La performance consiste en una coreografía realizada por las cuatro integrantes uniformadas con ropa negra y un cambucho de papel en la cabeza.  Todas portan un espejo enmarcado a modo de escudo.  La coreografía tiene como base las posiciones de defensa usadas por los ejércitos romanos y otros contemporáneos a ellos para defenderse con sus escudos en las batallas.

     Los movimientos comienzan cuando aparece un audio que resume, a modo de noticia incuestionable los nuevos tratamientos y “medicamentos” para combatir los “signos de la vejez”.  Estos movimientos van enfocados a enfrentarnos a nuestra imagen y en una primera etapa se concentrarán en las participantes del colectivo para más adelante pasar a enfrentar al público acercándose individual o colectivamente a quienes presencian la performance con los escudos/espejos.

     Aparecen varias reflexiones que tienen que ver con la imagen corporal y la influencia que tendría la publicidad en la evaluación de esta imagen. El tratamiento de la vejez y sus signos como una enfermedad a tratar, y la supuesta guerra que el ser humano pelea contra algo tan inevitable como el paso del tiempo.  La performance invita a empoderarnos y no ser víctimas de estrategias publicitarias que sólo recogen nuestra propia ansiedad, siendo nosotros mismos los únicos que podemos contrarrestarla.  Si bien esto no afecta solo a las mujeres, como colectivo queremos hacernos cargo de la historia de exigencias que ha vivido la mujer a través de los años reivindicando el cuerpo y la autoimagen femenina a través de la performance.